Nuestra trinchera 2.0

lunes, septiembre 26, 2011

“Inscripción burocrática y voto voluntario”.





A algunos no les desagrada suspender la implementación de la inscripción automática y el voto voluntario. Dejar a millones de jóvenes fuera del padrón electoral en las próximas elecciones, con la excusa de “dificultades para determinar el domicilio”, es buena estrategia para aquellos que hacen política cuidando sus feudos. Pero implementar la inscripción “burocrática” actual con el voto voluntario, es verdaderamente un negocio redondo para aquellos que quieren que nada cambie.

En el proyecto de inscripción automática y voto voluntario, la reforma fundamental no es el voto, sino la inscripción, la cual viene a corregir una situación impresentable. En Chile hoy para ser ciudadano con derecho a voto, hay que realizar un trámite burocrático ante el estado. Ese derecho tan importante no es inherente a la persona por el solo hecho de cumplir 18 años, sino que queda supeditado a un papeleo del siglo XIX. Es como si para ser titular del derecho a la libertad, uno tuviera que ir a inscribirse a una oficina pública. Por eso la reforma de la inscripción es tan relevante, inclusive por sobre el debate de la calidad del voto. Muchos partidarios del voto obligatorio (mejor modelo a mi parecer), respaldaron la reforma, porque entendían que lo más importante era la inscripción automática. Es esta la que le da sentido al voto voluntario u obligatorio.

Hoy el escenario puede ser el peor para la democracia. Como se aprobó por separado la inscripción automática y el voto voluntario, en las próximas elecciones pueden terminar no aplicando la inscripción automática, manteniendo el actual sistema, pero implementando igualmente la voluntariedad del voto. Sería un sistema de Inscripción burocrática y Voto Voluntario, lo cual es un profundo golpe a la participación, pilar fundamental de la democracia.

Un sistema con estas características fue promovido anteriormente por la derecha más conservadora. Este configura una elección donde se reduce brutalmente la cantidad de personas que eligen a las autoridades. En un sistema como el chileno, donde la participación ya es muy baja, es simplemente fatal.

La derecha ha sabido siempre que mientras menos ciudadanos voten, hay menos posibilidades de que sus privilegios se vean afectados. Sus sistemas electorales siempre apuntan a una baja participación y que la minoría de los ciudadanos quede sobrerrepresentada.

Cuesta creer como excusa, que no es posible implementar la inscripción automática en las próximas elecciones por cuanto no se puede determinar el domicilio de los ciudadanos. Los bolivianos con un estado mucho menos moderno que el nuestro, pudieron hacerlo. Existen alternativas absolutamente viables para ello. Por ejemplo se puede realizar un cruce de datos desde las instituciones del estado; o pedirle a empresas privadas, como las multitiendas y el retail, que “patrióticamente” faciliten sus preciadas bases de datos para cruzar esas informaciones; o hacer un llamado a los ciudadanos para que durante 3 meses actualicen por internet su domicilio. Y si con todo, no fuera posible determinarlo, el próximo año tenemos CENSO, donde con certeza se sabrá la ciudad donde votaría cada ciudadano.

Si el gobierno no impulsa la reforma aprobada por el congreso, simplemente habrá sido por qué no quiso hacerlo. Habrá sido por miedo a los jóvenes.

Hoy una generación entera hoy clama cambios de fondo. Tres de los cuatro millones que están fuera de este sistema electoral, justamente son jóvenes que pertenecen a esa generación. Incorporarlos no solo rejuvenece el electorado, necesariamente cambia las ideas eje. Sin duda algunos tienen temor a que los jóvenes masivamente voten por ideas de cambio social. El injusto y poco representativo sistema electoral chileno, hace la tarea de cambio mucho más compleja, pero aquel que crea que con un mecanismo electoral podrá parar la semilla de conciencia que aflora en Chile, como decimos los jóvenes “no cacha nada lo que está pasando”. Vienen tiempos de cambio. Muchas cosas van a cambiar.



*Columna escrita por Daniel Manouchehri para Elquintopoder.cl. Puedes seguir en Twitter sus comentarios @dmanoucheri